Daniel Primo Niembro, padre de dos jugadoras de Basket Veritas Pozuelo, hace memoria y nos cuenta acerca del mismo club y de lo que fue su gran pasión y su hobbie a día de hoy, el baloncesto… además de ofrecernos un enfoque paternal hoy más que nunca por el día del Padre. Daniel nos habla también de lo que significa Veritas no solo como un club deportivo sino como una gran familia.
- ¿Qué motivó el lanzamiento del equipo de padres en el Club Baloncesto Veritas? El impulsor y promotor del equipo de padres del club fue Javier Villar que pertenece a la junta directiva. Él fue el artífice del proyecto pues ya contaba con un grupo de padres que competían habitualmente en torneos municipales. Hace ya 4 años, partiendo de esa iniciativa surgió la posibilidad de vincular el equipo al Club Baloncesto Veritas y abrirlo a padres de jugadores del club y así es como se consolidó este equipo que desde entonces está en funcionamiento. Además de ser un equipo más del club con sus entrenamientos, partidos… el equipo pretende acercar el club aún más a un colectivo esencial para el buen funcionamiento de este como son las familias de los jugadores.
- ¿Cuáles son las actividades que lleva a cabo el equipo de padres? Este año con la pandemia y las restricciones se ha visto completamente alterada nuestra dinámica. Somos un buen grupo, unos 20 que principalmente estamos entre los 40 y 50 a los que nos une la pasión por este deporte por lo que entrenamos 1h 15 minutos los miércoles y los sábados jugábamos en las competiciones municipales en la zona de Aluche. En ocasiones jugamos con otros clubes que tienen también equipo de veteranos o nos apuntamos en torneos esporádicos de nuestra categoría. Además, un par de veces al año celebramos una cena de equipo para echarnos unas risas y al final del año la mayoría de nosotros nos involucramos en la organización del Torneo Veritas que es un momento muy especial en el club
- ¿Por qué baloncesto y no cualquier otro deporte? Antes de jugar al baloncesto practiqué diversos deportes en el colegio como el fútbol, el balonmano… Aunque en los recreos lo habitual era jugar al baloncesto. Un día, como estaba siempre jugando en el patio del colegio Chamberí, el responsable de deportes me invitó a apuntarme al primer equipo federado de baloncesto que se iba a formar en el colegio porque quedaba una ficha por cubrir. Ahí surgió mi pasión por este deporte que aún continúa. Creo que el baloncesto, tiene algunas diferencias con otros deportes de equipo que le hacen especial para mí: no todo es el físico, tiene mucha carga técnica y táctica, el entrenador puede influir mucho en los partidos con los tiempos muertos, los cambios, todos los jugadores de banquillo suelen participar en los partidos, las reglas han ido evolucionando para hacerlo más atractivo…
- ¿Cómo exjugador, cuáles son los valores del baloncesto que más admiras? En primer lugar, como cualquier deporte de equipo, creo que el baloncesto aporta muchos valores para aquellos que lo practicamos: esfuerzo, compromiso, colaboración y trabajo en equipo, luchar por un objetivo común, afán de superación, vencer dificultades… En segundo lugar, además a mí me ha aportado muchas emociones, muchas vivencias grupales y personales tanto dentro como fuera de la cancha. Después de más de 30 años, algunos de mis actuales mejores amigos son antiguos compañeros de equipo, e incluso algún entrenador.
- ¿Qué posición ocupa el baloncesto en tu vida? Como el físico ya no me da para “jugar”, puedo decir que es mi principal “hobbie”. En TV suelo ver mucho baloncesto, principalmente ACB y Euroleague, y algo de NBA. Estoy al tanto de las noticias sobre baloncesto, tenemos 4 abonos de baloncesto del Real Madrid y antes de la pandemia solíamos ir en familia. Pero también disfruto mucho viendo partidos de mis hijas, de otros equipos del club, de los nacionales y autonómicas… los últimos años hemos pasado muchas tardes de sábado o domingo en el pabellón de Veritas viendo a nuestros primeros equipos.
- Si no me equivoco tus dos hijas juegan en el club, ¿las ves apasionadas por el deporte? Sí, llevan en el club jugando al baloncesto desde hace 5 años. Las dos son diferentes y viven el baloncesto de forma distinta. Una está más enganchada que la otra, una defiende mejor, a la otra en cambio se le da muy bien defender… Son muy distintas. “Apasionadas” por el baloncesto no sería la palabra. Lo que creo que más les engancha es lo bien que se lo pasan con sus compañeras entrenando, en los partidos, en los viajes… Y también la convivencia con la gente del club, jugadores de otros equipos, entrenadores, el prepa… siempre se han sentido muy cuidadas ya que cuando llegaron apenas conocían a nadie. No sé por qué será… pero les encantan los viajes con el club al torneo de Zaragoza.
- ¿Qué sientes al ver jugar a tus hijas? En primer lugar, “envidia sana”. Me encantaría tener su edad y poder volver a jugar en equipo, competir… pero el tiempo pasa. En segundo lugar, alegría pues creo que todas las experiencias que están viviendo en el club, en los partidos… le ayudarán de cara al futuro. Además, creo que están forjando bonitas amistades con compañeras.
- ¿Qué les dices a tus hijas cuando pierden? Depende de si tenían opción o no de ganar. Si no la tenían, que vean si han mejorado como equipo. Y si la tenían, que no pasa nada, que no se enfaden pero que para la próxima habrá que entrenar más y prepararse mejor.
- ¿Qué significa para ti Basket Veritas Pozuelo? Pues en estos 5 años se ha convertido en algo que ya forma parte de mi vida, diría más bien de la vida de la familia. Los últimos años, no han sido años fáciles por distintas circunstancias, y las vivencias en Veritas (ver partidos, entrenos, el torneo Veritas, viajes a Zaragoza…) han sido importantes momentos de desconexión, de diversión… Para mí, ir al Club y participar en las diferentes actividades, se ha convertido en un hobbie, en una diversión Veritas tiene un encanto especial por “su gente” (la de siempre y la que se está incorporando), por su valores, por lo “afectivo”… es una gran familia que no debe perder su espíritu a pesar de seguir creciendo. Además, puedo decir que hemos hecho bonitas amistades con mucha gente vinculada al club como otros padres, entrenadores, ex entrenador, jugadores senior…
- ¿Cómo dirías que ha evolucionado a lo largo de los años? Tampoco conozco el Club desde hace tanto tiempo, pero desde que estoy aquí creo que Veritas está en fase de crecimiento constante. Tenemos más jugadores, incorporamos nuevos servicios como la preparación física, más medios… Ahora creo que nos queda asentar el proyecto, mejorar en recursos, instalaciones, competitividad… para asentarnos como un Club referente en la Comunidad de Madrid.
Daniel Primo se enamoró del baloncesto en el colegio Chamberí y nunca se olvidó de él, recordando hoy los valores de este deporte, sus diferencias con el resto y la voluntad que ha tenido para transmitirles a sus hijas la diversión, la pasión y el aprendizaje que brinda el mismo y que el club trata también de contagiar.
Texto: Carmen Vizcaíno
Fotos: María Martínez
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